
Hola, diario. Viste que yo soy un chico de rutina. Y una de las rutinas que no cambiaría por nada del mundo es la de mi paseo nocturno. Aunque llegue muy tarde, antes de acostarse, siempre Pablo me lleva a dar un paseo nocturno. Lo hemos hecho incluso cuando él tuvo fiebre. Ese día, recuerdo, lo obligaba a caminar rápido porque tenía miedo de que se muera de moquillo. Nuestro paseo nocturno es lo más. Yo lo espero ansiosamente. A lo mejor no tengo tantas ganas de hacer pis porque antes me hice una meadita en el patio, pero es el momento, la situación. Solos con mi mejor amigo, caminando por la inmensidad de la noche sin temor a nada. Yo siempre voy unos metros adelante, porque es mi deber protegerlo (recordemos que no soy gordo, sino musculoso). Y a cada instante me volteo para ver si él me sigue y está bien. Voy tan feliz en ese paseo que, por momentos, no puedo evitar mover la cola. Olfateo todo y de ese modo me entero de cada detalle, cada cosa que ocurrió en el barrio durante el día. Me siento como espiando la vida con el ser humano que elegí para vivir en este mundo. Y juntos, corremos ese velo oscuro que es la noche para hacer nuestro preludio del sueño de la mejor forma: con felicidad, mucho amor y, sobre todo, tranquilidad. Te aseguro, diario, que aunque haya sido un día difícil, llegamos a casa tan relajados que me voy a dormir sin otro deseo de agradecer a la vida y desear que esta felicidad sea eterna.
Hola Francis!
ResponderEliminarQué lindo esto de disfrutar el paseito nocturno con Pablo , cuidando de él!!
Me imagino que debe ser el momento más esperado por vos, la llegada de Pablo y el tan esperado paseo!!!
Además está buenísimo enterarse todo lo sucedido por el barrio con el solo olfateo !!
Aprovecho para desearles a vos y a Pablo, una FELIZ NAVIDAD!!!
Y ojalá no hayas sufrido mucho con la maldita pirotecnia.
Te mando un beso enormeeeeeeeeee, y muchos lenguetazos de amor perruno!!
Moni
FELIZ NAVIDAD!!!!