Hola, diario. A veces me doy cuenta de que Néstor y yo podemos ser un remedio para Pablo. Los seres humanos son raros. Todo lo que viven es extremo. Suelen traspasar lo natural de sus emociones. Bueno, o lo natural que pueden ser las emociones para un perro. Pueden regresar a tu casa con un cansancio que tiene el efecto de un huracán. Quedan devastados, rotos. Aunque no es para siempre, luego se reconstruyen. O pueden volver también en situación de angustia y tristeza superlativas y te da la sensación de que van a derretirse hasta quedar hechos sólo partículas. Y también el clima interno de ellos puede entrar en ebullición y volverlos una furia personificada. Los seres humanos se enojan mucho, nosotros con un mordisco lo arreglamos todo. Dura segundos. Lo de ellos puede prolongarse.
Pablo sabe de eso, de esa tremenda falla de la naturaleza humana. Entonces me doy cuenta de que, cuando su cansancio lo consume, su tristeza lo empapa o su enojo lo quema, recurre a mí o al gato. Comienza a acariciarnos lentamente y, luego nos abraza fuerte. Pone su cara sobre mi cabeza o sobre la cara de Néstor y no nos suelta. Nos aprieta un poco, pero sabemos que lo estamos curando. Puede quedarse así un buen rato, y si le damos besitos se le escapan todos los suspiros al mismo tiempo. Ese abrazo caluroso y sincero entre amigos-hermanos cura. Yo me di cuenta de que, luego, vuelve a ser de a poco ese Pablo animal que tanto quiero.
Hay que ser muy observador y darse cuenta de cuándo una persona necesita abrazar o dejarse abrazar. Por eso me di cuenta de la utilidad que tenemos los perros y gatos. Somos fantásticos para eso. Siempre vamos a estar dispuestos al abrazo y la caricia porque nos alimentamos de eso. A veces Pablo nos abraza fuerte al mismo tiempo a los dos y eso nos hace feliz.
Mi deseo de esta semana hacia arriba es que todos los seres humanos puedan tener un amigo perro o gato para consumir amor a montones.
Obviamente Pablo creo firmemente en lo que Franciso piensa sobre cómo nos ayudan a atravesar situaciones difíciles en la vida. Por eso amo trabajar con animales en programas de terapia para personas....tu trabajo me emociona todos los días...Mariela (Taca Moyano)
ResponderEliminarEs cierto Francisco, los humanos cuando llegamos enojados a casa lo mejor que nos puede pasar es tener un buen amigo que nos reciba, ya sea perro o gato, siempre nos estaran esperando para darnos ese amor grandote que ustedes tienen. Yo tengo un gato, y cuando llego a casa, es el mejor momento del dia.
ResponderEliminarBESOS
NILDA
Pd como crecio Nestor, esta muy lindo, pero vos tambien continuas siendo hermoso.