
Hoy lo cagué. Bah… no en el sentido literal de la palabra. Lo jorobé. Otra vez me hizo esa actuación del mandoncito… Que no podés subir a la cama, que a dormir abajo, en la frazadita… ¿Sabés lo que hice? Esperé a que se duerma. ¡Tiene un sueño pesadísimo! Cuando me aseguré de que estaba más o menos por el quinto sueño, muy despacito, sigilosamente, me subí a la cama. ¡Y ni se dio cuenta! Dormí comodísimo, cerca de sus pies, para estar más calentito. Cuando se despertó me pescó in-fraganti. Me miró y dijo, medio dormido: “¿Vos qué hacés acá?”. Me di cuenta de que quería poner cara de malo pero se le piantaba la sonrisa. Achiqué los ojos, bajé mis orejas, metí el rabo entre las patas y le apoyé mi hocico en su panza. Se desarmó. Ahí confirmé una sospecha que tenía desde hacía tiempo: soy carismático. Creo que es algo que se tiene, algo natural. Y bueno, la cosa es que me acarició y como si nada hubiera pasado.
Espero poder seguir haciendo ese truco todas las noches. ¿La frazadita del piso? No se la pienso ni tocar.
Espero poder seguir haciendo ese truco todas las noches. ¿La frazadita del piso? No se la pienso ni tocar.
Ah... este muchacho Pablo trabaja. Por lo tanto, está unas cuantas horas fuera de casa. La primera vez me inquieté. Pensé que me había abandonado ahí. Muy confortable todo, pero qué hago solo en un departamento si con estas patas que Dios me dio no puedo ni encender un fósforo para hacerme unas salchichas. Me volvió el alma al cuerpo cuando regresó. Me puse contentísimo. Salté, di vueltas, corrí y, finalmente, me puse panza arriba para que me rasque. Me encanta eso. Es el mejor placer que hay sobre la tierra: que te rasquen la panza. Hay un problema cuando te rascan cerca de la costillas. Ahí empezás a hacer "guitarrita" porque te da unas cosquillas... Hoy cuando se fue, divisé en el mejor lugar del departamento un sillón antiguo, precioso. Tenía una funda así que dije: "Si te tengo que esperar, te espero cómodo". Me lo agarré. Cuando volvió no dijo nada. Así que di por sobreentendido que este sillón ahora me pertenece. ¿Hice mal?
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