
Ayer estuve muy triste: se murió Osito. Creo que lo tironeé tanto que, primero le saqué los ojos, y luego, terminó todo reventado. Reconozco que me entretuve sacándole todo el relleno y dejé la casa hecha un desastre, con el pobre Osito abierto y convertido en un trapo. Estuve unas horas triste y lo extrañé mucho. Hoy por la mañana, Pablo me trajo a Osito 2. Volví a ser feliz. Algunos afectos se olvidan fácilmente.
Hola Francisquín!!
ResponderEliminarOtra vez haciendo quilombo!!
Pobre Osito!!
Si cada vez que Pablo te traiga uno, lo vás a dejar cadáver, vamos a estar en problemas!!!
Jugá, pero no lo mates!!
O te vamos a tener que regalar uno de madera!!
ja ja
Besos y portate bien!!
Moni