UNA VIDA SIN UN PERRO, ES UN ERROR

"LA GRANDEZA DE UNA NACIÓN Y SU PROGRESO MORAL PUEDE SER JUZGADO POR LA FORMA EN QUE SUS ANIMALES SON TRATADOS."
Mahatma Gandhi

NO USES PIROTECNIA

NO USES PIROTECNIA
Por favor, no usen pirotecnia. Los "cuetes" nos asustan, nos hacen mucho mal a nuestros oídos, nos desorientan y son la causa de que muchos perros y gatos se pierdan entre diciembre y febrero. Lo mismo les ocurre a otros animales, como las aves. Pensá en nosotros y en los múltiples problemas que pueden causar los fuegos artificiales. NO USES PIROTECNIA. Gracias. PD: Ah... Ponele chapita con número de teléfono a tu perro. Para esta época hay muchos perros perdidos a causa de la pirotecnia, por favor, si ves alguno no sigas de largo, ayudalo a encontrar a su familia.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Domingo al aire libre


¡Qué domingo, mi Dios! ¡Esto sí que es vida! ¿Viste qué lindo día ayer? El cielo era puro sol y cuando los días se presentan así, uno se predispone mejor para encarar al mundo. Con Pablo pensamos muy parecido y tenemos casi los mismos gustos. Por eso, decidió que tomemos un domingo como se debe: al aire libre. Se puso unos pantalones cortos, una camiseta sin mangas y guardó unas frutas en nuestra mochilita. Salimos y caminamos recto por una avenida, unas veinte cuadras. No me cansé, me gustó mucho sentir nuevos olores y pasar por tres barrios distintos. Incluso, cruzamos una avenida gigantesca, donde pasaban autos por todos lados. Pero Pablo la tiene clara, enroscó bien mi correa contra sí mismo y caminamos bien pegaditos y seguros. Al cabo de un rato llegamos a un lugar con menos autos y más aire puro. Había mucha agua y un puentecito. Yo me volví loco. Me encantó y quise tirarme al agua. Pablo se asustó mucho. Después me di cuenta porqué. Hubiera sido difícil rescatarme porque había muchas lanchas y botes alrededor... y a lo lejos, hasta vi un enorme barco. Luego llegamos a una zona donde todo era verde y había una calle por la que todos caminaban felices. Los perros como yo iban contentos, corriendo o jugando con alguna botella; algunas personas tenían rueditas en sus pies y se desplazaban rapidísimo; otros andaban en unos vehículos que se llaman bicicletas; y casi todos vestían poca ropa, dejando que el sol los vuelva rojos. A mí me encanta andar en bolas*, sólo que tengo tanto pelo que no me puedo broncear.
Caminamos mucho, jugamos a ese juego tan divertido de tirar un palito e ir a buscarlo, y hasta estuvimos un buen rato tirados sobre el pasto, panza arriba. Pablo se quedó dormido y yo aproveché para revolcarme sobre un sector del césped donde, por el olor que percibí, hubo un gato muerto durante mucho tiempo. Hacía tanto calor que era una buena oportunidad como para perfumarme. Así que me revolqué bien, para que todo mi lomo quede cubierto de ese perfume notorio y riquísimo. Bueno... Pablo no pensó lo mismo. Apenas me acerqué a él, comenzó a dar arcadas y me retó muchísimo. Tiene actitudes que nunca comprenderé.
Confieso que, cada día, me siento más persona. No soporto a esos perros machos que vienen a olerte el culo y, cuando se dan cuenta de que sos varón, te gruñen o se hacen los malevos. Opté por sacar cagando a cada uno de los perros que se me acerquen y no me caigan bien. Otra cosa que a Pablo le fastidia. "Antisociable", me dice. Igual se queda tranquilo porque sabe que no los muerdo.
Emprendimos el regreso por otro camino. Y me sentí en un paraíso de diversión. Apenas salimos de la zona verde, pasamos por un sector... como una plaza sin plantas, que tenía una fuente que salía directamente del suelo. Lanzaba unos chorros como acompasados. De repente, desaparecían... y de pronto, salían despedidos formando círculos. Ni siquiera miré a Pablo para consultarle. Salí corriendo y jugué entre los chorros de agua sin cansarme. También ladré de felicidad. La gente comenzó a detenerse frente a las fuentes sólo para ver cómo yo saltaba y me revolcaba en el agua. Me gustó la situación y les hice un show exclusivo. Jugué a que atrapaba el agua y, cuando desaparecía, la buscaba, hasta que salía y.... ¡¡¡Plafff!!! ¡¡Perro empapado!! ¡¡¡Qué placer!!! Pablo también se divirtió mucho, así que fue un doble regocijo. Así estuve un buen rato, hasta que me cansé y se me metió un poco de agua en las orejas. Me entretuve sacudiéndome el agua entre la gente. ¡Los mojé a todos!
Los 3 kilómetros de caminata sirvieron para que me seque bajo el sol. Llegamos, Pablo se sirvió unas bebidas, sentado en su sillón, yo me tiré a su lado y nos quedamos dormidos.
Nuestro mejor amigo no es sólo el hombre, también la naturaleza.
* Desnudo

No hay comentarios:

Publicar un comentario